En estos días están siendo publicados los resultados de postulación a las universidades afiliadas al CRUCH y sistema único de admisión (SUA) de cientos de jóvenes que comienzan a construir su futuro a partir de estudiar una carrera profesional. Es un tiempo de definiciones, incertidumbres, frustraciones, temores y expectativas. Es una etapa en que se pasa de ser jóvenes sin mayores responsabilidades a asumir el desafío de construir el futuro a partir de la propia responsabilidad, muchos saliendo a estudiar a otras ciudades con todo lo que ello significa, más allá del acompañamiento del grupo familiar y de los seres queridos. Son 250.000 los jóvenes que rindieron la PSU y las vacantes ofrecidas por el sistema universitario son 77.727. De igual modo los que ingresan a las universidades privadas corresponden a una cifra equivalente. Hemos visto como las familias hacen lo imposible para financiar los gastos que significa asumir este desafío, endeudándose por muchos años con créditos a veces muy difícil de pagar.
La sobre oferta de carreras hace que muchas veces las posibilidades de obtener un empleo después de transcurrido los estudios universitarios, genere mucha frustración en los jóvenes, ya que la sociedad no puede responder a las expectativas generadas. Y en muchos casos la remuneración ofrecida tampoco responde al esfuerzo económico realizado para lograr el preciado titulo. La oferta de estudios debería responder a los requerimientos que el mercado laboral plantee y no al revés.
En chile existen dos profesionales universitarios por cada técnico, de acuerdo a estudios de la OCDE, para sustentar el desarrollo del país se requiere exactamente la proporción al revés. Hoy el desarrollo que el país ha tomado requiere principalmente de técnicos con alta especialización, se habla que se necesitan más de 600.000 técnicos en los próximos años para responder a los requerimientos del sector productivo y de servicios. Por esta razón es importante hacer un buen discernimiento e informarse adecuadamente respecto a las alternativas académicas existentes, hoy existen instituciones de calidad acreditadas ante la CNA que imparten programas de estudios de excelencia en la región, son carreras de 2 a 3 años de un costo financiable por las becas y créditos del estado y que tienen alta empleabilidad en el mercado laboral y remuneraciones muchas veces superiores que algunas carreras universitarias y lo más importante quedan sin deudas con el sistema financiero. Las oportunidades de desarrollo existen, lo esencial es elegir bien, ya que tras esta decisión se está construyendo el futuro de los nuevos profesionales que la sociedad necesita.
