El valor de las carreras técnicas

En estos días alrededor de 300 mil jóvenes han rendido la PSU, proceso importante de cara a definir una carrera universitaria, donde son muchos los sueños y expectativas que genera ingresar a estudiar a la educación superior. Sin embargo estas expectativas chocan bruscamente con la realidad al momento de titularse, por la sobresaturación de profesionales egresados de las universidades que no encuentran trabajo en el mercado laboral. Ante esta realidad durante la última década la educación técnico-profesional se ha transformado en una alternativa educativa para gran parte de los jóvenes chilenos. Una nueva opción vocacional, la cual propone herramientas distintas a las carreras universitarias para desarrollar sus intereses, resultando una importante ventaja para contribuir a la competitividad de nuestro país.

Las carreras técnico-profesional ocupan en nuestro país el 47,9% del total de la matrícula de educación superior, un número considerable que va en un constante aumento y que refleja el interés de quienes se encuentran en proceso de elección de su futuro, dada la viabilidad que tiene consigo sus características.

La duración y el valor monetario son algunas de las particularidades que poseen, las cuales son menores frente a las carreras universitarias. Entre 4 y 6 semestres (2 y 3 años) duran regularmente las carreras técnicas de nivel superior, a esto sumado al arancel anual de poco más del millón de pesos, lo que permite que el costo de los estudios sea menor para las familias, con la salvedad que si estudia en una institución acreditada puede estudiar gratuitamente.

Asimismo, dadas las condiciones del mercado actual, poseen una alta empleabilidad, la cual ronda entre el 90% y 80%, mayores a las universitarias. Algo similar ocurre con los ingresos, los cuales pueden alcanzar un promedio de 800 mil pesos al cuarto año de egreso, dependiendo del empleador y de la carrera, características que proporcionan una alta probabilidad de descongestionar el mercado de algunas carreras universitarias.

Son estas características de la educación técnico profesional las cuales han sido vistas con buenos ojos desde diversas aristas, incluso desde los candidatos presidenciales, quienes ya han anunciado que extenderán la gratuidad a los Centros de Formación Técnica e Institutos Profesionales a un porcentaje mayor de estudiantes. Por ende la educación técnica-profesional se hace cada día más necesaria en diversos rubros, como en la agricultura, construcción, salud y tecnología, lo cual se traduce en una necesidad para mejorar la productividad y competitividad del país, sobre todo si se asemeja a los requerimientos que tenga la región donde se busca ejercer.

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