Se nos viene el invierno

Jorge-Brito-ObrequeDías más cortos, noches más largas y temperaturas más bajas, caída de hojas, falta de verdor en el entorno, etc. Así se puede resumir la estación que comenzará en las próximas semanas que, desde un punto de vista astronómico, en el hemisferio sur comienza con el solsticio de invierno, alrededor del 21 de junio, y concluye con el equinoccio de primavera, alrededor del 21 de septiembre.

Época en que aumentan las enfermedades respiratorias, tanto debido al frío en sí como a los bruscos cambios entre la temperatura de espacios cerrados y la exterior a que muchas personas se exponen. También hay efectos en el estado anímico asociados a las limitaciones que producen las características inherentes al período y que, en algunos casos, afectan gravemente a quienes padecen de la llamada depresión de invierno.

Tiempo de toma de resguardos en el mundo agrícola, de limpieza de norias y canales, de cuidado especial de los animales con suplementación de forraje, arreglo de cercos y corta de malezas de modo de gestionar y prevenir los riesgos que el inclemente clima trae consigo.

Es también la etapa en que la gente se debe preocupar especialmente de los techos y de la aislación de puertas y ventanas en sus casas. Así como las autoridades pertinentes, del estado de los sistemas de evacuación de aguas lluvias, de la poda de árboles y de la limpieza de hojas no perennes de las calles.

Se nos viene un período de introspección, de mirar cómo estamos preparados para enfrentar los meses de mayor frío, humedad y cantidad de enfermedades del año, durante los cuales la noche parece marcar inexorablemente cada jornada (sobre todo este año que nos levantamos y acostamos «de noche»). Un tiempo diferente, que debemos entender, al mismo tiempo, como de oportunidades para salir airosos de esta etapa y asumir de la mejor manera posible el renacimiento que nos ofrece la primavera.

Llevado esto a la sociedad, parece que  tenemos un duro invierno por delante. Las situaciones vinculadas al dinero y política han generado un cuadro de desconfianza que le hace mal a nuestra democracia y al  mundo político.  No se viene fácil este 2015. Pero, en la medida que tomemos adecuadas medidas de gestión y prevención de los riesgos, que hagamos una buena limpieza de nuestros espacios, saldremos airosos de esta “oscuridad invernal» como se entendía en algunas culturas antiguas, para renacer a una nueva vida  y fortalecer  la vida democrática.

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