Agua; un derecho humano cada vez más escaso

La situación de sequía en nuestro país se ha transformado en un fenómeno preocupante. Desde Arica hasta el Biobío se han apreciado consecuencias dada la carencia de este recurso hídrico, esto debido a la carencia de precipitaciones, sumado a los efectos del cambio climático, provocados por el hombre. La región del Maule es una de las más afectadas por este fenómeno, la cual registra un 72% menos de lluvias, lo cual sumado a la presencia de CO2 en la atmósfera, ha causado la disminución de la capa de nieve en la cordillera andina, como también del agua presente en los embalses y los niveles de agua subterránea en la misma área geográfica.

Esto ha provocado un difícil invierno para los agricultores, quienes ven con malos ojos la temporada de riego que se avecina, debido a que el déficit hídrico tiene como consecuencias la menor disponibilidad de agua para el regadío y, por consiguiente, una menor superficie de siembras, con impacto directo en la empleabilidad. Por otro lado, existe preocupación creciente en los proyectos de agua potable rural en toda la región central de país.

Algunas instituciones proyectan que a futuro la situación será más crítica. La ONU se ha manifestado frente a esta complicación con un efecto desalentador, indicando que para el 2025 dos tercios de la población mundial no dispondrán de suficientes recursos hídricos. Por su parte, Breakthrough National Center for Climate Restoration de Australia es más categórico, dada las amenazas que provoca el cambio climático y el fracaso de las políticas internacionales respecto al tema, pronostica un futuro apocalíptico para el año 2050.

No obstante, está amenaza medioambiental y sus consecuencias pueden ser neutralizadas mediante la búsqueda de soluciones transversales, con una firme participación de la comunidad y cooperación a todos los niveles. La educación sobre el uso de las aguas es primordial para enfrentar la sequía y la desertificación, abordando técnicas eficientes en el uso del riego y en el almacenamiento del agua, las cuales sean amigables y conservacionistas con el medio ambiente.

De esta forma se busca instar a la comunidad en general; campesinos, políticos, autoridades y personas indeterminadamente, a adoptar una postura conservacionista y sustentable con el medio ambiente, con el fin de asumir y enfrentar estas complicaciones, desarrollando prácticas que modifiquen los mecanismos de explotación de los recursos naturales renovables con el fin de preservar este elemento vital para el ser humano y para todo el planeta.

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