Caminos más allá de la PSU

Este lunes y martes más de 294 mil inscritos rindieron la Prueba de Selección Universitaria (PSU), en el marco del proceso de admisión 2019. Con esto, muchos jóvenes y adultos buscan ingresar a la educación superior con el fin de estudiar alguna carrera profesional, principalmente en las universidades. Esto, debido a que dentro del imaginario colectivo estudiantil se ha implantado la idea de que la felicidad profesional está ligada a la universidad, dejando de lado como opción a los Centros de Formación Técnica e Institutos Profesionales.

Por ende, la gran mayoría de los inscritos buscan ingresar a la educación superior, matriculándose en instituciones que no están acreditadas, careciendo de los estándares mínimos impuestos por la Comisión Nacional de Acreditación. Este es un error que muchas veces, literalmente, cuesta caro, ya que las familias se endeudan para que el estudiante logre cursar sus estudios, dejando en segundo plano: la duración de la carrera, el costo de estudiarla, la empleabilidad, los ingresos a futuro, entre otras variables. Un sueño que muchas veces tiende a transformarse en pesadilla y/o frustraciones, imposibilitando el desarrollo del proyecto de vida de los jóvenes.

Hoy en día vemos como la sociedad y el desarrollo productivo requieren de trabajadores que respondan a las necesidades de la zona donde se desenvuelven. Por ejemplo, un estudiante que ingresa a un Centro de Formación Técnica acreditado y estudia una carrera de acuerdo a las áreas claves de su región, obtendrá ingresos y empleabilidad en menor tiempo y con mejor rentabilidad en equivalencia a una carrera profesional cursada en una universidad.

Actualmente son más de 123 mil los estudiantes que cursan carreras técnico-profesionales en 48 CFT’s en diversas regiones de nuestro país, de los cuales 7 están adscritos a la gratuidad, entre ellos el CFT San Agustín en la  Región del Maule. Por ende, existe un amplio abanico de  herramientas que permiten enfrentar el futuro, teniendo como opción estudiar carreras que respondan a los requerimientos del mercado laboral, optando por una institución acreditada para así acceder a la gratuidad, permitiéndose obtener calidad a un menor costo y con una valoración al corto plazo.

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