El compromiso de la prevención

Las altas temperaturas comenzaron a manifestarse tempranamente en nuestro país, sobre todo en la región del Maule. Ni siquiera ha culminado la primavera y ya se han manifestado olas de calor entre las regiones de Coquimbo y Los Lagos, por lo que se presagian condiciones climáticas similares a las del verano pasado, donde los incendios forestales marcaron la contingencia.

Asimismo, dados los acontecimientos que suceden en el hemisferio norte, donde se han desatado gigantescos incendios forestales, la temporada de contra estación podría ser delicada, más aún si se dan el temido 30-30-30: 30° de temperatura, 30% de humedad y vientos sobre los 30km/h, conjunto de condiciones que permite un rápido avance de los incendios forestales.

Bajo este contexto, hemos visto como el mundo público y privado han comenzado a adquirir equipos y tecnología para dar una respuesta inmediata frente a los siniestros que se podrían generar; CONAF anunció el aumento en la dotación de brigadas y de vehículos aéreos como parte del trabajo preventivo, mientras que las empresas forestales han acrecentado su presupuesto para prevenir y enfrentar incendios. Además, se han creado las comisiones regionales para la prevención de los incendios forestales, mientras que  las comunidades ya están más empoderadas frente a estos hechos, manejando acciones básicas de prevención, como la realización de cortafuegos y la poda de árboles.

Una serie de señales que nos revelan una buena coordinación frente a este suceso, pero que debe ser complementado con un compromiso social. Está demostrado que el 99% de los incendios son producidos por intencionalidad y/o negligencia humana, por lo que resulta vital una educación, prevención y toma de conciencia frente al tema, son las acciones más trascendentes que se deberían dar, de forma permanente, con el fin de evitar estas catástrofes que tanto daño le causan a nuestro ecosistema y a las comunidades.

Por ende, la anticipación y prevención resultan clave frente a este fenómeno, por lo que debería ser parte de las políticas públicas que, partiendo por la educación y en forma transversal, desde el nivel preescolar hasta el universitario, permitiéndose generar una cultura de gestión de riesgos en un país que constantemente debe afrontar fenómenos de la naturaleza. El cambio climático llego para quedarse y es responsabilidad de toda la comunidad asumir esta nueva realidad generando una cultura de la prevención.

Publicado en .