Constituye ser un hecho aceptado por todos que hoy nos encontramos viviendo la situación social, político y económico más relevante del último tiempo en la humanidad, los efectos de la pandemia del coronavirus, un enemigo silencioso que hace que nos encontremos inmersos en los momentos más inciertos y preocupantes que comprometen no solo la vida de las personas, sino también, el bienestar social y económico actual y futuro de las mismas, incluyendo la vida de las comunidades y ciudades. Chile, como todos los países del mundo enfrenta como sociedad esta pandemia, que en momentos pareciera ser superior a todos los esfuerzos de control sanitario del Estado, pero como todos sabemos la humanidad ya ha atravesado situaciones históricas de pestes y epidemias y que han llevado algunas de ellas a situaciones límites de la sobrevivencia de la especie humana, sin embargo, la comunidad humana ha podido sobreponerse, pero las sociedades que vivieron estas epidemias nunca fueron las mismas de antes, el término de la peste negra cambió al hombre medieval Europeo para siempre y aceleró los cambios hacia una sociedad más abierta. Si tenemos en cuenta estos antecedentes, cabe también preguntarse por lo que vendrá en nuestra sociedad en los momentos de post-pandemia, resulta predecible que viviremos una gran crisis económica que afectará el desarrollo del empleo, obras de infraestructura, calidad de la educación etc. Sin embargo, estos problemas se estima que durarán algunos meses y constituirán un ajuste de la post pandemia, pero las sociedades también generan en su seno interno un aprendizaje colectivo, un comportamiento nuevo post crisis, y como sabemos esta crisis de la pandemia del coronavirus es la mayor y la más global de todas las crisis, cabe preguntarse entonces´, cómo será el Chile de la post-pandemia del coronavirus, ya se perfilan comportamientos laborales distintos adaptativos a la crisis, como es el teletrabajo, las video conferencias y la utilización masiva de los medios de las nuevas tecnologías de la comunicación en todos los ámbitos de la vida y por todos rangos etarios y sociales de la población, estos cambios no serán episódicos y constituirán la base para un nuevo salto de una nueva revolución tecnológica. Sin embargo, estos cambios son muy importantes pero todavía instrumentales, cabe preguntarse entonces, serán sólo estos cambios de integración tecnológica los que quedarán en el Chile post-pandemia o Chile, al igual que en otras sociedades, se germinarán cambios colectivos como comunidad nacional, hacia formas de una sociedad distinta basada en valores sociales y culturales nuevos, en los cuales los valores de la cooperación sean más importantes que la competencia, la comunidad más que el individualismo, la persona más que el número. En definitiva, la dignidad del ser humano sea el centro de toda relación de cooperación en la vida en sociedad.
Jorge Brito Obreque
Ing. agrónomo
Junta Adelanto del Maule