El valor de ir a sufragar

Entramos en tierra derecha camino a las nuevas elecciones, jornada donde los chilenos tendrán la opción de elegir presidente, senadores, diputados y consejeros regionales. Este proceso democrático, que se desarrollará este domingo 19 de noviembre, ha estado marcado por la preocupación colectiva ante una probable abstención que pudiese existir, la cual ha aumentado en las últimas elecciones desde que el sufragio pasó a ser voluntario.

Es por esto, que los diversos candidatos  han hecho incansables llamados a los electores a hacer valer su deber cívico. Incluso el gobierno implementó una campaña para incentivar el interés en este proceso, con el fin de contrarrestar las cifras que han mostrado los últimos sufragios. Por ejemplo, la demografía electoral señala que las pasadas presidenciales del 2013 existió una abstención de más del 50%, números que se intensificaron en las municipales del pasado año, donde sólo un 34% del padrón habilitado emitió su voto. Prácticamente estamos con el mismo universo de votantes de las primeras elecciones presidenciales después del retorno a la democracia.

Bajo este contexto, debemos entender que el ejercicio de la soberanía popular se expresa mediante el funcionamiento normal de los poderes del estado; ejecutivo, legislativo y judicial. Por ende, si queremos criticar y construir el país que queremos, debemos expresarlo con la elección de las autoridades que cada uno cree que nos representa más, contribuyendo así al justo equilibrio entre los deberes y los derechos de cada ciudadano.

Ir a votar es una acción ciudadana, ejercicio de  la soberanía popular, que permita mantener el control respecto a la elección de las autoridades. Por tanto, no podemos criticar y cuestionar a las autoridades si no hemos ejercido el primer paso de este eslabón, el cual es el ejercicio de votar. Si bien existe poco incentivo y escasa renovación desde la clase política, son los jóvenes los llamados a expresarse mediante este canal de participación convencional, manifestándose en la papeleta.

Por lo tanto, tenemos que avanzar en una sociedad de derechos, pero también de deberes, siendo parte de ellos el sufragar y hacerlo informadamente para escoger correctamente a las personas idóneas ética y moralmente, que gobierne  y legisle, avanzando en un desarrollo sostenible, sustentable y transparente para nuestro país.

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