La pandemia del Covid 19 ha impactado fuertemente en nuestro país, afectando prácticamente todos los ámbitos del desarrollo nacional, este impacto ha sido muy desfavorable para la vida de las personas, el panorama económico proyecta condiciones de decrecimiento que parecía que Chile ya había dejado muy atrás en el tiempo, la encuesta de expectativas económicas del mes de junio proyecta que el PIB de Chile caerá un 4,8% en el 2020. El impacto en el empleo es aún mayor, ya las tasas de desempleo han superado los dos dígitos.
Lo cierto es que las expectativas económicas son las más bajas en muchos años. Este panorama actual contrasta radicalmente con el relato de exitismo económico de muchas autoridades, políticos y analistas de opinión previo a la llegada de la pandemia, los que señalaban el liderazgo económico de nuestro país, ciertamente que con la llegada de la pandemia del Covid 19 este orgulloso y a veces hasta soberbio y arrogante discurso se desplomó como un castillo de naipes, bastaron solo algunos meses para que la pandemia evidenciara la enorme fragilidad de la estructura económica y productiva, nos encontramos entonces viviendo un enorme golpe de realismo, pero también de necesaria humildad.
Chile ha demostrado mantener las mismas grietas y contradicciones sociales y económicas que otros países de la región, producto de esto, hemos constatado la masiva proliferación en la organización de ollas comunes en la mayoría de las ciudades del país, este pareciera ser un fenómeno en ascenso en la medida que el invierno avanza, surge entonces una duda razonable ¿bajo el efecto de la pandemia se encuentra la seguridad alimentaria de los chilenos comprometida?
Pareciera que este fenómeno de no tener garantizada la alimentación familiar solo afecta hoy a los grupos más vulnerables, pero también debemos recordar las proyecciones negativas de nuestro crecimiento económico, por lo que nuevos segmentos sociales como algunos sectores de ingresos medios pueden caer rápidamente en una condición de precarización socioeconómica, esta situación resulta ser alarmante, pero al mismo tiempo real, por lo que no puede dejarnos indiferentes, Chile posee y siempre ha tenido un destino colectivo, que nos compromete a todos, la necesaria lección de humildad en mayor o menor grado ya ha sido asimilada por algunos y el gobierno ha anunciado un nuevo plan de ayuda a la clase media, que no está respondiendo a las expectativas de este sector.
Pareciera ser que el impacto de la pandemia es de naturaleza más extensa y profunda, que no solo está socavando la actividad económica, sino un cuestionamiento a la política de salud pública, desarrollo urbano, estructura familiar y social. Hoy Chile vive momentos claves de urgente unidad nacional como también del necesario fortalecimiento de los valores de la solidaridad en nuestra convivencia nacional.
Jorge Brito Obreque
Ingeniero agrónomo
Junta Adelanto del Maule