Hemos visto como la pandemia del COVID 19 ha transformado nuestras vidas y la sociedad. Una de las áreas más impactadas por esta realidad, es la Educación. Somos testigos de la interrupción presencial de nuestro sistema escolar, no obstante los colegios siguen organizando sus tareas como organizaciones educativas, sin embargo, existen procesos que han sido vitales en la sustentación y mantención de los aprendizajes de los estudiantes en este periodo de clases no lectivas, son aquellos de enseñanza y aprendizajes remotos basados en el uso masivo de las nuevas tecnologías de la información, el principal soporte de avance del aprendizaje de los estudiantes en la pandemia. Frente a esta realidad y si se constata la gran extensión en el tiempo que tendrá, ciertamente es razonable pensar que los procesos de enseñanza y aprendizaje remotos serán el gran soporte de la Educación en los próximos años, el Ministerio de Educación señala un periodo de priorización curricular que abarca el año 2020 y también el 2021. Estamos frente a un periodo de ajuste, que efectivamente demanda nuevas estrategias de formulación de la enseñanza, y también de interrupción de las tradicionales formas de enseñar presenciales que en este periodo parecieran no desarrollar pertinencia. A través de este ajuste de nuestro sistema educativo podríamos estar viviendo una de las más grandes transformaciones de nuestro modelo educativo tradicional, la educación remota no es totalmente desconocida para los chilenos, pero en este periodo hemos tenido que implementar su uso masivo. Frente a los cambios de las prácticas educativas surgen también preguntas complementarias de gran importancia, referidas a como algunos establecimientos de mayor vulnerabilidad social se podrán integrar a este nuevo modelo de la educación remota, en este aprendizaje remoto, ¿podrán los niños y jóvenes que no poseen conexión a internet ser parte de este cambio, que pasará con los jóvenes de colegios rurales donde hay menos conectividad? Hay aquí un desafío enorme de equidad pendiente de las políticas públicas. Lo cierto es que el proceso de la enseñanza y aprendizaje remoto ya se ha instalado y será para quedarse y será uno de los cambios más trascendentes de nuestro modelo educativo, ante este desafío pareciera ser que los alumnos están más receptivos y preparados que incluso los profesores, hay aquí un desafío de adaptación de nuevas modalidades de capacitación para los profesores, lo esencial es que nos encontramos viviendo un proceso objetivo de cambio del modelo y de las prácticas pedagógicas hacia el uso masivo de los soportes remotos, este es un gran desafio para nuestro sistema educacional, pero lo que no podemos olvidar es de quienes no tienen posibilidades hoy de conectividad remota, este hecho podría incluso perpetuar aún más la brecha de aprendizajes entre colegios y sectores sociales.
Jorge Brito Obreque
Ing. agrónomo
Junta Adelanto del Maule