Prudencia antes las nubes negras en el horizonte

Jorge Brito Obreque

Jorge Brito Obreque

Las proyecciones económicas para nuestro país, este año, no son muy auspiciosas. La baja expectativa de crecimiento de la economía nacional que, según el Ministro de Hacienda, se traduce en un ajuste de la estimación del producto interno bruto (PIB), de un 2,7% fijado en el presupuesto a un 2%, ya se está haciendo notar.

Es así como este lunes el Secretario de Estado, junto a su Director de Presupuesto, presentó los detalles del ajuste fiscal anunciado hace algunas semanas y que se calculó en 380 mil millones de pesos.

Al respecto, cabe advertir que los mayores afectados con el recorte en su presupuesto serán el Ministerio de Educación, con poco más de 68 mil millones de pesos, seguido por Interior y Seguridad con una baja de alrededor de 41 mil millones.

En el primer caso,  gratuidad de la educación superior y becas serán los ítems más afectados. En el segundo, en tanto, seguridad pública y Carabineros. Todos ámbitos que, dicho sea de paso, no dejan de estar dentro de las principales preocupaciones de la población. Al menos, se informó que Salud no sufrirá modificaciones.

Eso en lo que respecta al esfuerzo fiscal por ahorrar y prepararse para enfrentar esta coyuntura que obliga a ser previsores, pero que es de esperar no afecte a las familias más vulnerables. De hecho, el desafío para quienes administran el erario público es que se hará necesario focalizar los gastos sociales en los sectores más desprovistos.

Aún más, no debe olvidarse el llamado que hizo el Ministro en el sentido de que es importante hacer todo lo posible para buscar maneras de que esta economía crezca más, “no como un impulso de corto plazo macroeconómico, ese no es el tema que tenemos hoy día (…) debemos trabajar en inversión, en nuevos proyectos, diversificación y productividad”.

Ahora bien, y además considerando que un menor crecimiento traerá aparejado, asimismo, un mayor desempleo, también es un desafío para el resto de la sociedad el ser lo suficientemente responsable y previsora. La disminución del gasto no sólo debe darse en las instituciones sino que también en los entornos familiares, donde los ajustes económicos previsores ayudarán a evitar la incertidumbre que una situación de este tipo trae aparejada.

En el fondo, es un tema de responsabilidad individual y colectiva el cómo enfrentaremos este menor crecimiento durante 2016, de modo de actuar con prudencia ante las nubes negras en el horizonte.

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