Fundación CRATE

HUMEDAL EN MEDIO DE LA CIUDAD

 UN REFUGIO PARA LA BIODIVERSIDAD Y EL ECOSISTEMA

Fundación CRATE a través de su área de Desarrollo Sustentable se encuentra creando un Humedal en la parcela Siembra Vida, un modelo de regeneración ecológica que busca fortalecer los espacios naturales.

La parcela “Siembra Vida” inmersa en el sector Oriente de Talca y donde se encuentra el área de Desarrollo Sustentable de Fundación CRATE, es el lugar donde se construye este humedal, el que tiene el propósito de ser un espacio diseñado para potenciar la biodiversidad y fortalecer el ecosistema local. Es así que, en armonía con la cultura regenerativa, incorpora hortalizas y plantas acuáticas que no sólo enriquecen el paisaje, sino que también cumplen una función clave en la retención de aguas lluvia.

Romualdo Aburto, coordinador del área de Desarrollo Sustentable de Fundación CRATE, cuenta que, “este proyecto busca restaurar el equilibrio natural, promoviendo la sostenibilidad y el respeto por el medioambiente, creando sistemas resilientes que no solo reduzcan el impacto ambiental negativo, sino que también, fomenten la regeneración de los recursos naturales”.

Además, esta acción representa una innovación al generar paisajes funcionales dentro del predio, diseñados específicamente para la retención de humedad, lo que no solo contribuye activamente a preservar el humedal del Cajón del Río Claro, sino que también se proyecta como una muestra viva y una guía concreta para que pequeños productores repliquen estas iniciativas en sus propios campos.

BENEFICIOS DEL HUMEDAL

Los beneficios que otorga este humedal al medio ambiente -en base a la cultura regenerativa- se presentan de diversas maneras: Contribuye a la restauración de ecosistemas mediante la recuperación de suelos; captura de carbono de la atmósfera; mejora el microclima ya que regula las temperaturas; reduce la contaminación: biofiltro del agua de escorrentía urbana; y son verdaderos santuarios de vida silvestre; brindando herramientas concretas para fortalecer la resiliencia frente a eventos extremos y los efectos locales del cambio climático, como las inundaciones.

Es así, como con los humedales se potencia la capacidad de albergar una enorme diversidad de especies de plantas y animales adaptados a la vida acuática y semiacuática, como aves, anfibios, peces, insectos, crustáceos y mamíferos, quienes  encuentran alimento y refugio en estos entornos. De esta manera, muchas aves migratorias dependen de humedales en distintas etapas durante sus rutas migratorias, dónde muchos de ellos aportan control biológico de plagas agrícolas y contribuyen a la polinización de cultivos cercanos.

Más allá de sus beneficios ambientales, también aporta al bienestar de la comunidad, puesto que sirven como espacios de recreación y contacto con la naturaleza, promoviendo la salud mental y el esparcimiento, convirtiéndolo en un lugar ideal para la educación ambiental, fomentando la conciencia ecológica en niños y adultos.

En este contexto, el humedal se presenta no solo como una solución ambiental concreta, sino como una apuesta decidida por un modelo de vida más equilibrado, consciente y en armonía con los principios de la cultura regenerativa.

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